Antes, las mujeres embarazadas eran consideradas vulnerables y se aconsejaba reducir su nivel de actividad física.
Pero ya para el 2002, el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG) actualizó sus recomendaciones respecto al ejercicio durante el embarazo para que fuera menos restrictivo, entre otros aspectos, debido a la cantidad de beneficios asociados como por ejemplo:
- Mejora de la forma física cardiovascular y muscular
- Reducción de los dolores de espalda durante el embarazo
- Mas reservas de energía
- Menor aumento de peso
- Fase mas corta de contracciones y menos dolor
- Menor aumento del peso
- Mejora del bienestar psicológico de la madre
- Recuperación mas rápida del peso, niveles de fuerza y de flexibilidad
Si bien el ejercicio no está contraindicado para mujeres embarazadas en términos generales, si que hay que tener en cuenta ciertas pautas:
- Consultar y hacerse una revisión médica antes de empezar.
- Mientras se realice ejercicio se debe poder mantener una conversación (Para controlar la intensidad). IEP 12-14
- Si se produce hemorragia, secreción o se hincha la cara o las manos, se debe acudir al médico.
- No entrenar si se tiene fiebre.
- Evitar tumbarse de espalda después del 1er trimestre.
- No estirarse hasta el punto de sentir dolor.
- Beber mucha agua y no entrenar con calor o humedad.
- Evitar la fatiga y el sobreentrenamiento.
- Evitar ejercicios que puedan propiciar una pérdida de equilibrio.
- Evitar submarinismo.
- No realizar la maniobra de Valsava.
Si estás embarazada o sabes de alguien que esté, envíale esta información, los beneficios son muchos.
Fuente: NSCA y estudio “Actividad física y ejercicio en la mujer” publicado por González, Nelson F. y Rivas, Andrea D. en 2018 en Revista Colombiana de Cardiologia
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