Dolor y entrenamiento: desde una perspectiva psicosocial

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Hoy abordaremos el modelo biopsicosocial del dolor, en el que se busca devolver a la persona la responsabilidad frente al dolor, identificando los aspectos sociales y personales implicados y logrando así la participación activa en el tratamiento.
Todo esto lo que nos viene a decir es que nosotros/as mismos/as somos los responsables del dolor.
Vamos a entender un poco más este modelo y de qué forma se relaciona con el entrenamiento.
Este modelo se basa en 3 clases de factores: 

  1. Factores biológicos: Historial clínico del lugar del dolor, movilidad, anatomía, fisiología…
  2. Factores psicológicos: Procesos cognitivos, pensar y aceptar, afrontamiento del dolor y la situación, personalidad, conducta ante el dolor crónico…
  3. Factores sociales: Satisfacción o estrés laboral, percepción de carga física…

 Así tenemos que, viendo el dolor desde una perspectiva biológica, lo más obvio es tener algún tipo de trauma, o bien algún nervio afectado que envía al sistema nervioso una seña alterada y devuelve una respuesta que provoque un dolor referido (en otra zona que no es la afectada) Si lo vemos desde una perspectiva psicológica, la experiencia del dolor puede estar condicionada a las propias creencias y percepciones. Así, cuando creemos que un ejercicio puede ser lesivo, puede ser que inconscientemente cuando lo hacemos, enviemos la señal de dolor. O bien, las experiencias pasadas en términos del dolor, podría hacer que se autosugestione el manejo del dolor.
Y evaluándolo desde una perspectiva social, interfieren los factores ambientales, el estrés… Probablemente un trabajo que implique una carga física elevada o un exceso de estrés, impide centrarse en la recuperación del dolor.
¿Cómo podemos afrontar y superar el dolor para volver o mantener nuestro entrenamiento?

  1. Lo primero es contar con la valoración de un profesional de la salud.
  2. Acepta que el dolor está y se puede superar.
  3. Piensa en que puedes hacer en lugar de lo que no puedes hacer. Por ejemplo, si vamos a entrenar pensando que no puedo hacer X ejercicio porque me produce dolor, vamos a cambiar ese pensamiento por ¿cómo modificarlo para que no me genere dolor? o ¿Qué ejercicios si puedo hacer?
  4. Investiga tu dolor, mientras más información tengas sobre tu dolor, más estrategias tendrás.
  5. No descuides el sueño ni la nutrición, serán componentes claves en tu recuperación.

Consejo final y más importante:
Incluye siempre 5-10 minutos diarios o interdiarios a trabajo de movilidad, estiramientos, prevención y/o readaptación de lesiones. Puedes incluir un trabajo con foam roller antes de cada sesión para trabajar estos aspectos.

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