Seguramente has escuchado un montón de veces lo de tomar 8 vasos de agua al día o 2 litros como mínimo… Pero ¿realmente es así?
Como siempre, la respuesta corta es: SI es necesario el consumo de agua, pero ahora vamos con la respuesta larga, vamos a ver porqué es tan necesario y las recomendaciones oficiales.
Lo primero que tenemos que saber es que, en condiciones normales, el contenido de agua del cuerpo humano se mantiene prácticamente constante, aunque si bien es cierto, éste disminuye con la edad.
Para que se mantenga constante, entra en juego lo que se conoce como balance hídrico, en el cual los ingresos vienen dados por el agua consumida, la contenida en los alimentos y una pequeña parte resultante de la oxidación de los principios inmediatos en el organismo. Por otro lado, las pérdidas se componen por el agua eliminada por la orina, el sudor y la pérdida por heces fecales.
Este balance ciertamente puede verse afectado por las condiciones ambientales, la actividad física o la situación fisiopatológica de la persona, por lo que en las siguientes situaciones, se debe aumentar la ingesta de agua:
- Vómitos o diarreas
- Sudoración considerable
- Hiperventilación
- Fiebre
- Aumento excesivo de la temperatura
Para regular el balance hídrico, nuestro cuerpo nos envía una señal que seguramente conoces, la sensación de sed, pero ésta señal nos la envía cuando detecta una pérdida del 2% del agua corporal y es que al disminuir, todos los órganos esenciales (corazón, cerebro, músculos…) reciben menos oxígeno porque el volumen sanguíneo también es menor por lo que la capacidad de realizar sus funciones es menor.
La recomendación general está en torno a los 2lts de agua al día, en esta cantidad ya está incluida el agua procedente de los alimentos. El mínimo diario a consumir es de 500ml para poder producir orina y de esta forma eliminar metabolitos tóxicos, que de permanecer en nuestro cuerpo podrían ocasionar daños.
¿Y solo para eso necesitamos el agua?
Pues no, el agua también realiza otras funciones en nuestro cuerpo:
- Es un elemento estructural de la célula
- Es el medio de transporte de nutrientes
- Esencial en los procesos de digestión, absorción y excreción.
- Tiene un papel directo en la regulación de la temperatura corporal.
Tal es la importancia del agua, que una comisión de expertos de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) y el Observatorio de la Nutrición y Actividad física realizaron un análisis científico del perfil general de hidratación de la población española y presentaron, entre otros datos, el:
“Decálogo de la Hidratación Saludable (SENC, 2018)” que recomienda:
- Ingerir líquidos en cada comida y entre las mismas.
- Elegir el agua preferentemente al resto de bebidas y hacer posible agua con un adecuado contenido en sales minerales.
- Aumentar el consumo de frutas, verduras y ensaladas.
- No esperar a tener sensación de sed para beber, disponer de agua u otro líquido a mano.
- Mantener las bebidas a temperatura moderada, pues si están muy frías o muy calientes se suele beber menos.
- Niños y ancianos son colectivos que presentan mayor riesgo de deshidratación.
- Elegir las bebidas de acuerdo con el nivel de actividad física, necesidades de salud y estilo de vida.
- Aumentar la ingesta de líquidos en ambientes calurosos y antes, durante y después del ejercicio.
- Si está vigilando la ingesta calórica o el peso consuma siempre agua y bebidas bajas en calorías.
- Diez raciones de líquidos al día es una buena referencia para una correcta hidratación (1 ración = 200-250 ml)
Eso es todo por hoy, ahora a levantarse y tomarse un gran vaso de agua 😉
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